viernes, 9 de abril de 2010

Cap.8 Llegando a casa de la abuela

POV  John

Pasamos el largo camino en el camión los tres platicando muy entretenidamente, bueno más bien Maddy y yo; Abbe parecía estar todavía consternada por algo y rara vez hablaba.
Yo en cambio estaba sumergido en el tema de la charla, pero en lugar de estar concentrado en él lo único que mis ojos veían era el rostro de Abbe.

-John, John,-
-¿Qué pasó? Lo siento, esque estaba un poco distraído.- dije balbuceando.
-Ya nos dimos cuenta,- río Maddy y Abbe la volteó a ver con una mueca de amenaza. A veces no entiendoa las chicas.
-Oigan, se me olvidó preguntarles algo. ¿A qué van a casa de tu abuela?- me dirigí a Abbe.
Se quedaron en estado de shock como si las hubiera tomado por sorpresa y no supieran qué responder. Se pusieron pálidas y no dijeron nada.

POV Maddy


-Oigan, se me olvidó preguntarles algo. ¿A qué van a casa de tu abuela?- le preguntó John a Abbe.

¿Y ahora qué le responderíamos? No sabía si esto de los collares y toda la confusión del tema se lo pudiéramos decir a John. No sabía si se debería de mantener en  secreto, y al parecer Abbe tampoco.  Ella se empezó a poner pálida y supongo que yo también. Entre más nos tardáramos en responderle, más sospecharía John.

-Mmm.. este, vamos a...am... a entregarle este libro que mi mamá le pidió prestado.-se le ocurrió por fin a Abbe.
Por suerte justo cuando Abbe le dijo esa excusa sonó el celular de John así que no llegamos a ver su reacción.

-Disculpen, ¿Bueno?- contestó.
-¡No sabía qué responderle! que pude haberle dicho sólo que íbamos a visitarla porque está sola pero...- me dijo Abbe que seguía páida.
-¡Bueno ya! El punto es que se la creyó.- le contesté.
-Me siento muy mal por no haberle dicho la verdad.-
-Pero ¿cómo ibas tú a saber si teníamos permitido decírselo?- no terminé de hablar porque John ya había terminado de hablar por teléfono.

-Lo siento, ese era Andrew para invitarme mañana a un partido de americano.-se disculpó. Ninguna de las dos sabía quién era Andrew así que pusimos una cara de confusión. Al parecer él se dio cuenta que no sabíamos quién era porque nos contestó:
-Él es mi mejor amigo.-
-Ahhhhhh.- dijimos a coro Abbe y yo.

En ese momento el camión paró, el conductor anunció que esa era la parada de Releigh y nos bajamos. Las tres cuadras desde el camión hasta la casa de la abuela de Abbe, la conversación continuó normal como si no hubiéramos tenido ese extraño momento en el camión.
En unos cuantos minutos llegamos a un pintoresco rumbo. Todas las casas y sus jardines estaban arreglados y no tardamos mucho para encontrar la casa que buscábamos. Era un lindo hogar, cálido y sencillo. Cruzamos el jardín y el encantador porche y llegamos a la puerta principal. Abbe tocó el timbre y en un insante la puerta fue abierta por una cordial y simpática anciana que traía puestos guantes y un delantal.

-¡Abbe!- exclamó la abuela y se aventó a darle un gran abrazo y muchos besos a su nieta. -¡Hace cuánto qué no te veo!-
-¡Hola abuela! ¿Cómo estás?-dijo Abbe -Traje a unos amigos, espero que no te moleste. Ellos son Maddy y John- dijo introduciéndonos.
-Hola señora, mucho gusto.- dije estrechando la mano de la mujer.
-Hay linda por favor dime Alicia.-me contestó.
-Claro.-
-Un placer.-le dijo John
-Encantada.-volvió a responder Alicia.-Por favor, pasen, pasen. Que grosera soy al dejarlos afuera en el frío.-

Su casa era ideal para una viuda anciana. Muy alegre y acogedora. Tenía fotos y cuadros por aquí y por allá. Nos llevó hasta la sala y nos sentamos todos en los sillones.

-¡Oh por Dios! Dejé unas galletas en la estufa que hice para ustedes.- se acordó Alicia.
-Oh, yo le ayudo.-me ofrecí.
-Gracias querida.-

Nos dirigimos a la cocina que estaba cruzando un pasillo, entramos en ella y cerramos la puerta. Al fin dejábamos a los tórtolos solos, que claro mi intención sí era ayudar a Alicia, pero que perfecta oportunidad para que haya una conversación romántica entre ellos.

-Y dime, ¿a qué venían ustedes hoy? Esque ya sabes, a nosotras las personas viejas se nos olvida todo.- dijo riéndose al entrar en la cocina.
-Pués,...- no sabía cómo decírselo- ¿ve que usted le habló del collar a Abbe?-
-Mmmm...querida debes estar confundiéndote.-dijo muy fingidamente.
-No se preocupe-le dije sin saber cómo anunciarle que yo era la otra chica.-Éste es el collar ¿No es cierto?-le mostré el dije. Ella me sonrió tiernamente, como si estuviera orgullosa.


-Pués sí, yo soy la otra chica del collar, pero antes de que me hable más acerca de él, le tengo una pregunta, ¿le podemos decir a otras personas acerca del tema?- pregunté por el incidente que había ocurrido hace unos instantes.
-En algún momento tendrás que decírselo a las personas pero por ahora, no.-respondió.


Al parecer no me sorprendía su respuesta y no me quejé. Sacamos las galletas recién horneadas y las pusimos en un plato. Alicia tomó cuatro vasos de la repisa para vertir la limonada y salimos de la cocina.

2 comentarios:

  1. sabes que me encanta?? que sé el punto de vista de cada uno!!
    sigue escribiendo..estubo genial!! =)

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  2. hola!!! bueno, pues encontre tu blog y ya me he hecho tu seguidora!!! jejeje!
    y pues si, solo he leido este y el capitulo anterior pero aun asi me dejaste impresionada!! es una idea muy creativa la del collar!!;) y bueno, se ve muy interesante y misterioso... jejeje!
    me gustaron los personajes y la abuelita me dio ternura! y pues si... seguire leyendote! espero que tu tambien te puedas pasar por alguno de mis blogs!! hay premio en uno, si quieres lo puedes tomar!! (me gusto mucho tu historia!)http://conlamano-enelcorazon.blogspot.com/
    ESPERO EL PROXIMO!
    besos<3

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