jueves, 25 de marzo de 2010

Cap.5 El mismo collar

POV Abbe

Salí corriendo a la mesilla más próxima y bajé todos los papeles que se me habían caído, ahora sí que la había arruinado, el tiempo no me sobraba más bien me faltaba, haber chocado con aquella chica había hecho que el tiempo y los deberes se me vinieran encima sin mencionar lo mal que la traté, gracias a no tener tiempo.


Dejé los papeles y las carpetas en la mesilla y me dirigí al estante de Literatura inglesa, la tarea era muy fácil, ya que ya había leído el libro que debía de terminar de leer muchísimas veces, esa era mi debilidad, los libros. Por eso me atrasaba tanto por estar dibagando en cada buen libro que encontraba, pero hoy hoy no hoy debía concentrarme para terminar la tarea y tener libre todo el fin de semana, el fin de semana que más ansiaba desde que mi padre...había muerto. Una lágrima salió del rabillo de mi ojo.


Me limpié la mejilla con la mano tratando de parar la lágrima, me concentré en buscar el libro pero entonces uno de los libros desapareció mágicamente por atrás del estante, miré atravez del espacio que había quedado, un chico me sonrió.


-Disculpa, ¿Lo ibas a tomar primero?-me preguntó avergonzado por lo que acababa de hacer. El chico era alto y musculoso pero no exageradamente, sus ojos eran color olivo, su cabello era castaño y se paraba en picos. Parecia mayor que yo.


-No, no te preocupes- dije con una pequeña sonrisa sin mostrar mis dientes.


-Oh, bueno-se puso nervioso-¿Quieres que te ayude a buscar el tuyo?


-Eso sería muy generoso, gracias-dije bajando la mirada, cuando la levanté él ya no estaba del otro lado del estante si no que ya estaba a mi lado buscando el libro.


-Creo que lo encontrarías más rapido si te dijera el nombre-dije sonriendo, su rostro se lleno de paáico escénico-"Las poestas del lago" de William Wordsworth.


-Muy buen libro-dijo el- lo he leído unas cientasmil veces, ya se cuál es su lugar.


Él se agachó y entonces sacó un pequeño libro el cuál me entregó, sonriendo de satisfacción.
Tomé el libro y lo acaricié varias veces me traía tantos recuerdos, de mi padre, claro mi padre. No podía controlar mi llanto, no podía, entonces de nuevo unas lágrimas bajaron directo hacia mis mejillas, el chico -el cuál no conocía su nombre aún- recorrió sus dedos delicadamente por mis mejillas y entonces levanté la mirada. El sonreía sin decir nada, su mirada, esa mirada de cariño, de hogar penetró mi cuerpo.


-Oh lo siento dije volteando a ver el reloj que tenía en mi muñeca izquierda- se me hace tarde y ya estoy muy retrasada, debo terminar la tarea y luego hacer algunos deberes.-dije. caminando hacia la mesilla, me volteé para verlo sonriente era la primera vez que me sentía bien en este patético pueblo.


-Nos veremos luego ¿cierto?-dijo el un poco triste.


-Claro que sí-grité corriendo, la Sra. me fulminó con la mirada y me rugió con un gran SHHHHHH.-Lo siento-susurré.


Concentrate tonta, ya estas más que retrasada-pensé para mi misma mientras sujetaba el collar que sostenía mi cuello, y entonces recordé a la choica y a sus preguntas del collar, me sumergé en el asiento y entonces me di cuenta de que ella no podía tener el mismo collar que yo, ¡no! Mi abuela-a la cual visitaría ese fin de semana, por eso era tan importante para mi- me lo había dado y según ella su tataratatara abuela lo había creado, tan solo había dos en este mundo el mío y el de otra chica...


Toma este collar querida, tómalo fue de mi tataratatara abuela la historia dice que ella y su mejor amiga los crearon con un extraño hechizo, el cual tiene poderes demasiado poderosos, recuérdalo y úsalo para el bien, mi niña, para el bien- Recordé cada una de las palabras que me había dicho mi abuela cuando me lo había entregado. Me sujeté de la mesilla fuertemente ¿Ella era la otra chica? ¿Es cierto?, tendría que averiguarlo. Pero antes debía concentrarme ya que la tarea de: Literatura, Historia, Español y hasta Música no se haría sola ¿o si? Comenzé a hacerla.
Después de varias horas terminé toda la tarea pendiente que me habían dejado mis nuevos profesores, tenía que dar una buena impresión y esa era la forma de darla.


Vi mi reloj, debía ir a casa pero antes debía ir a comprar algunas cosas para la casa ya que mi madre, no iba al súper por alguna extraña y anormal razón, y tampoco comía carne, tan solo soya y cosas verdes-me estremecí al pensarlo-.


Llegué a casa con todas las cosas que había comprado para poder hacerme comida decente, y mucha mucha carne, sonreí al pensar en lo delicioso que sabía.


-Abbe? ¿Eres tú?-gritó mi madre desde su desordenado estudio.
-Sí-dije sin muchas ganas, deseando tener 20 para mudarme y vivir sóla sin mi loca madre, no es que no la quisiera pero estaba loca y yo no estaba acostumbrada a vivir con ella si no con mi padre. Di un gran suspiro y desempaqué las cosas del súper, las metí cada una en su lugar, y recogí los zapatos que mi mamá habíaa dejado sin recoger, subí las horribles escaleras en caracol, boté los zapatos en el cuarto de mi mamá. Entonces me dirigí a mi cuerto. Abrí un cajón donde se encontraba una libreta llena de números telefónicos, entonces busqué: Abuela-paterna-5523980729. Marqué el número y esa voz familiar la cual amaba contestó el teléfono con un ¿Bueno?
-Abuela! Hola abuela Hola!!!-grité de la emoción.
-Abbe!-ella también me reconoció-Abbe qué pasa? No me vas a cancelar lo del fin de semana o sí?
-No!-grité afligida no quería que eso pasara-esque debo de contarte algo que me sucedió y no puede esperar.
-Un chico?-preguntó ella asombrada.
-No abuela, hoy en la biblioteca me topé con una compañera no tenía nada en especial...hasta que vi su collar, era igual al mío, pero no sólo eso ella se sorprendió al verlo, dijo que el suyo era único y especial al igual que el mío.
-Oh...-mi abuela se quedó sin palabras.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Cap.4 ¿Otra nombrada especial?

POV Maddy


Después de muchas agotadoras horas de exámenes, tareas y repasos, me dirigí a la biblioteca; el único lugar tranquilo y callado; mi segundo hogar. ¿Por dónde empezar?¿Tarea, reporte, problemas, o sólo leer? me pregunté.  Pero pensé, Yo soy una niña aplicada; si dejo mi tarea para el final por una vez no creo que pase nada. Al hacer mi decisión de no hacer la tarea en ese momento, me paré y me dirigí a la primera sección  en el pasillo 6. Saqué el primer libro que encontré y me lo traje a la mesa. Por no fijarme en lo que hacía, se me resbaló el libro de las manos y cayó abierto;  me gustaría cambiar la hoja del libro para ver de que se trata pero me quedé ahí sin hacer nada. De pronto la hoja se volteó como si en verdad hubiera cambiado de página. Miré hacia la puerta de la biblioteca pero lo único que vi fue, cerrada. Volteé hacia las ventanas y, cerradas. No había manera de que alguna corriente de aire hubiera entrado y cambiado la página. ¿Qué está pasando? pensé. No hice caso a lo que había ocurrido y  sólo me senté en la silla a leer como si nada.

Sentí una sed pasando por mi garganta. Tenía mi botella de agua en la mochila. Tomé un sorbo y continué con mi lectura. ¿Qué era ese sonido de burbujeo? Nadie estaba ajitando nada o tomando un alcacelcer. Concéntrate Maddy. No te distraigas repetía a mis adentros. En la lisa página del libro había manchas, pequeñas manchitas. Volteé para agarrar mi botella de agua y volver a beber. ¿Qué está pasando en este lugar? Mi botella de agua era la que estaba burbujeando y salpicando todo el libro.Sin nada que la hiciera burbujear. La tomé y eso fue lo único que la hizo parar. Se detuvo. Yo no la había detenido, y si sí, ¿cómo? Oh por Dios debo estar alucinando. Que.......bueno..., eso suena lógico ya que no he estado durmiendo lo suficiente por las tareas y deberes.
El antiguo reloj de la biblioteca dio las tres campanadas. Al fin, hora de irnos. Tiene sentido salir corriendo de la biblioteca después de todo  lo que había sucedido. Todos mis pensamientos alborotados y chocando entre sí, no me dejaban fijarme por donde caminaba.

-Oh lo siento mucho!- dijo una chica que chocó conmigo.
-No hay cuidado.- Levanté la mirada para ver quién era pero al verla no la reconocí. Debía de ser nueva; los libros que traía eran iguales a los míos por lo que debía ser de mi grado. Notaba que se veía más apurada que yo. El sol reflejado desde la ventana  chocaba contra un cristal que traía ella colgando del cuello. Me deslumbrababa por lo brillante que era. Una nube pasó, haciendo ocultar al sol; eso me dio la posibilidad de admirar la piedra que me había llamado la atención mientras le ayudaba a recoger los libros. Tenía una cadena de plata en su cuello y colgando de la cadena había un dije. Redondo y brillante, de plata también, tenía varios contornos en el centro formando una flor, una estrella.

-Lindo collar.-
-Oh, gracias!- dijo la chica recogiendo las últimas hojas que quedaban en el suelo.
-Me parece haberlo visto antes, ¿sabes?- le comenté
-¿A sí?-
- Sí de hecho creo que lo vi en...- ¿Dónde había visto ese collar? Recorrí mi mano desde mi mejilla hasta llegar a mi cuello mientras pensaba. Algo la detuvo. Era mi collar el obstáculo. Mi collar. ¡Mi collar! ¡Mi collar era idéntico al suyo! ¡De ahí es de donde lo reconocía!
-¡Mira yo tengo el mismo collar que el tuyo! Pero.. se supone que ¡mi collar es especial!¡Es único! ¿De dónde sacaste el tuyo?-
-Mmm, lo siento sí. Tengo que irme a trabajar y ya voy tarde. Lo siento.- me contestó. La chica salió disparada tras agarrar lo que quedaba de sus cosas en el suelo y atravesó las puertas de cristal de la escuela sin contestar mi pregunta.  Me quedé ahí. Pasmada. Sorprendida sin siquiera qué pensar. Ppero...per..pero, ¿de dónde sacó su collar? No hay ninguna copia del mío más que tal vez el de la tal Miller (la de la nota). Pero, hay muy pocas probabilidades de que ella fuera la del apellido Miller. Y, ¿si sí era?. ¿Sería ella la otra nombrada especial?

lunes, 22 de marzo de 2010

No se preocupen, publeecaremOs proonto pero porfas tengan paciienciia!!!

jueves, 4 de marzo de 2010

Cap.3 Srita.Miller

POV Abbe




El día transcurrió lento, todo iba bien o al menos eso pensaba hasta que terminó la clase de música, el profesor me había indicado al fin mi lugar de canto, a mi lado izquierdo se encontraba una chica un tanto especial sus ojos estaban deliniados con un espeso negro, sus botas eran negras pero con una base gruesa, tenia cadenas al igual que ese color obscuro -negro- por todas partes. Era una de esas personas góticas que nunca hubieras imaginado tener como compañera, de hecho me espantó al comprobar que en la mano izquierda -la cual no podía ver muy bien ya que estaba del otro lado- tenía un craneo un tanto terrorífico.

La chica al ver que apreciaba a su amigo el craneo con anomalia me sonrió, yo por amabilidad le sonreí también pero creo que en mis ojos se mostraba el descredito que le daba a su forma de ser.
¡Dios! en esta ciudad estaban locos. Para empezar con solo tener a mi madre viviendo aquí el lugar se volvía demasiado extravagante, después estaban los variados looks de las personas de este lugar.
Un profesor hippie, una compañera demasiado gótica para venir a la escuela-y no es que criticase su personalidad por que la verdad cada quien hacía lo que quería- pero este cambio me estaba volviendo loca.


Mis pensamientos hicieron que me desconcentrara y mi voz se volviera turbia haciendo que Prof.Hippie -Mr.Hippie- parara todo el sonido que salía desde las voces de mis compañeros.


-Lo siento-dije apenada-fue mi culpa, me distraje.
-Eso ya lo sabemos-dijo una chica que estaba más al frente de mí con tono demasiado sarcástico, eso arruinó por completo el día. El profesor calló a la chica con una mano, y sacudió la cabeza, en eso sonó el timbre y todos salieron corriendo.


Yo salí tratando de encontrar el próximo salón que me tocaba: Literatura, suspiré de alivio, por fin algo en lo que en verdad era buena. El salón estaba a unos cuantos metros del salón de música así que no fue complicado encontrarlo.


-Srita.Miller?-preguntó el profesor.
-Sí-respondí...