"Oh... ah ai ya ai ya ai ya ai...Why not why not?! You think you're going nowhere when your walking down the street, acting like you just don't care when life could be so sweet. Why you wanna be like that as if there's nothing new, you're not fooling no one you're not even fooling you..." Apagué mi despertador y me encaminé al baño. -Otra nueva semana que empezar- me dije a mi misma con suspiro de...de... de flojera yo creo. A uno, lo único que le gusta de ir a la escuela, es ver a sus amigos; pero como verán yo no tengo. Tal vez tendré compañeros con los que me junto en los recesos y con los que voy a la cafeteria, pero nunca he tenido un confidente, mejor amigo, alguien a quien contarle secretos, alguien con quien disfrutar el ir de compras, alguien con quien compartir la tristeza de sacar un 6 o la felicidad de sacar un 10 en algún examen. Alguien. Como verán, mi única meta al ir a la escuela es terminar mis últimos años para empezar la universidad claro, y pues, para contentar a mis padres.
-¡Maaadyyyyyy! Ya tienes que irte a la escuela. Baja para que te de tu lunch.- -¡Ya voy!- Hay, madres. Al bajar las escaleras tomé mi lunch y me fui en mi patineta. Me gustaría realmente tener un auto propio en el cual irme a la escuela pero papá dijo que me lo daría sólo y unicamente al terminar la escuela. Bueno, como le he dicho a mi papá yo quiero un... -¡¡¡Oh por Dios!!! ¡No encuentro el collar!- Empecé a buscarlo por todas partes hasta que...-Ah, aquí está- suspiré aliviada y me lo puse.
Mis padres dicen que el día que nací, una mujer delgada y alta con enormes y bellos ojos cafés entró en la habitación. No era algún familiar o amigo que ellos conocieran, eso fue lo que se les hizo raro. Y los doctores les dijeron que tampoco trabajaba en el hospital. Todos admiraban lo bella que era la mujer. Traía puesto un vestido largo y brilloso ligeramente lila. Se acercó hacia mis padres y en la cama donde estaba recostada mi madre dejó una caja con una tarjeta. La mujer dijo que leyeran la nota y mi padre la leyó junto con mamá. Al subir la mirada después de leer la nota, la mujer ya no estaba y nadie la vio salir ya que todos estaban concentrados en lo que decía la nota. Se quedaron pasmados al ver que había desaparecido e intrigados por lo que hubiera dentro de la caja. Sacaron, misteriosa y cuidadosamente el collar que hasta hoy traigo puesto. Pero nunca volvimos a ver a la mujer. Mamá sigue guardando la nota y de vez en cuando se la pido para leerla aunque no importa cuantas veces leea la nota, nunca la he entendido:
Este presente ha sido entregado en su nacimiento a
Mady Hill y otra afortunada de apellido Miller. Solo
aquellas que lo reciban, son nombradas especiales.
Usen bien este presente que se le ha otorgado.
Llegué a la escuela y entré a mi primera clase del día (y la más aburrida): Matemáticas. - Por favor alumnos, siéntense- dijo el Profesor Evans. Una vez yo y todos los edemás sentados, el profesor dijo, -Jóvenes, hoy habrá examen sorpresa.- -Genial.- me dije.